'De algo estoy seguro.
No podrá quererla como la quería yo, no podrá adorarla de ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara.
Es como si sólo a mí se me hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos.
Nadie podrá ver nunca lo que yo he visto. Y él menos que ninguno.
Él, incapaz de amarle, incapaz de verle verdaderamente, de entenderla, de respetarla.
Él no se divertirá con esos tiernos caprichos...'
-Me da miedo decir algo equivocado...
Te amo.
-Vuelvelo a decir.
-Te amo.
-Nunca dejes de decirlo.
-Te amo,te amo,te amo.
-Nunca habia sido tan feliz en toda mi vida.
-Yo tampoco.
-Tan feliz como para tocar el cielo con un dedo?
-No,muchos mas,al menos tres metros sobre el cielo.
Te amo.
-Vuelvelo a decir.
-Te amo.
-Nunca dejes de decirlo.
-Te amo,te amo,te amo.
-Nunca habia sido tan feliz en toda mi vida.
-Yo tampoco.
-Tan feliz como para tocar el cielo con un dedo?
-No,muchos mas,al menos tres metros sobre el cielo.
-Te he dicho ya que eres un cerdo?
+Si creo que si... Entonces, paso a recogerte mañana por la noche.
-No podría. Creo que no podría resistir otra noche como esta.
+¿Porque, no te has divertido?
-¡Muchísimo! Yo hago siempre la camomila, todas las noches. Procuro que la policía me persiga durante un rato, me arrojo de la moto en medio de un campo desconocido, me dejo perseguir por un perro rabioso y, para acabar, me tiro sobre un monton de estiércol. Luego me revuelvo un poco en él y a continuación regreso a casa en sostén y bragas.
+Con mi cazadora encima.
-Ah, claro, lo olvidaba.
+Y, sobretodo, no me has dicho una cosa.
-¿Qué?
+Que has hecho todo esto conmigo.
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